De vuelta

Tuve que regresar a tierras aztecas para reactivar este diario (¡Lunita, ya estoy aquí!). Es que el trabajo deja exhausta la mente y preferí darle el relax con una que otra Quilmes y libros al mayoreo, dejando a un lado la computadora. Quizá me olvidaron... Más bien, estoy seguro, sin embargo, entro en soliloquio y me dispuse a escribir.
Fueron exactamente no me acuerdo, pero ya pasaron muchos meses antes de volver al DF y platicar con la gente que dejé. Aún tengo pendientes muchas personas importantes, pero no tardaré en visitarlas. Y especialmente, muero de ganas por conversar de cine clásico y mucho sobre jazz. Ojalá que sea pronto. Este domingo hay esperanza de –también– reactivar los buenos momentos cinéfilos y musicales. ¡Y si vieran que no es lo mismo hablar de Woody Allen con mis amigos del trabajo! Ojalá mañana se me haga frente a una exquisita cerveza de marca nacional... y aún más la comida, y no precisamente con mis amigos de la chamba porque ellos se quedaron donde corren los buenos aires.

Delirio

Un modelo para armar, de ideas, de amigos, de recuerdos y de valor para decir que hay pocas cosas en el mundo que nos muevan como un delirio.
Creo que no soy tan valiente, y prefiero no decir demasiado, sin embargo me atrevo a confesar que más allá del cono sur y a más de 2000 metros sobre el mar hay delirios concentrados en uno sólo, hermoso, divino... radiante.
Sí, estoy delirando.

De un lado para otro

Este, mmm, sigue la chamba, tengo hambre y parezco pordiosero con esta pijama vieja, porque mandé la ropa a la lavandería.
Ah, también me habló Rosario para invitarme al campo el fin de semana. No estaria mal.
Además, creo que seré el elegido para ir al DF, pues los tengo hasta la madre con que extraño a mi madre. Sería como por julio. Aunque sean unos días y con trabajo qué hacer, me daré un tiempo y me desquito.

Qué más... mmm. Por ahora, todo bien. Del campo a la ciudad. Ambas visitas son muy buena idea.

Ya llegué

CHANCLAS, como diría una honorable mujer que ya tiró de mi honorable oreja ayer vía telefónica (ay sí me dolió) porque la he abandonado y a mi blog también.
Es que hay mucho trabajo y nada de inspiración, pero con tamaño castigo a güe... que regresó.
En estos momentos me estoy fumando un cigarrito (lo intenté pero son unos dos al día) y tomando cerveza en la soledad de mi casa. Se oye por ahí un grupo de voces que están planeando una parranda. Que ganas de unirme. Pero los que podrían acompañarme están más pa llá que pa cá, o sea, cansadísimos y planchando cachete.
Yo no puedo, dormí en la tarde al llegar del despacho y es hora que tuve que complacer a la única leidi a mi lado (chin, la computadora).
En la tivi están pasando Las nieves del Kilimanjaro y dije "es momento para escribir" porque me acordé de otra dama fan de esta película... la que me dio santo regaño. A mí también me agrada Peck.
En fin, que esta madrugada reactivo mi diario y espero a que llegue el sueñito.
Hoy es día libre. Echaré la güevita. Lo merezco, y trataré esto del día a día. Lo prometo 'madam'.

PD: Ay extraño a mi mamá.

Como diría...

"Señores, no hay tiempo para experiencias extraoficiales", diría JR cuando el ojo Remi está a punto de estallar. Sin alcohol pero con mucho trabajo le doy la razón. Ni siquiera he podido abrir un libro, una revista, ver cine ni echarme el riguroso taco de ojo sabadeño en Puerto Madero. Pero este merecido receso lo dedico a escribir para aflojar los dedos, como diría la gran Rosa Púrpura de ese DF que extraño un montón. La rigidez está a punto de provocarme un infarto, eso es cierto.

Sin embargo, llegar a casa, dejar de pensar y olvidar los archivos que han llegado a mi correo es realmente relajante. Como una venganza... diría yo.

Bueno, seguimos, no hay más. Otros están peor.

Ya habrá más Argentina

Siempre quise conocer Córdoba. Su proyección mundial llamó mi atención desde hace mucho tiempo por eso de la cultura y todas esas cosas que hicieron que se levantara de la crisis amodorradora. Habría sido un placer saber que venía con todo pagado, una semana completa y solo, como a mi me gusta viajar... sin haber partido el jueves y perderme el sábado de una extraña coincidencia en Buenos Aires, coincidencia que haría de esa noche algo inolvidable, ni hablar. Pero pensarlo fue hermoso y sentir su presencia más cerca que antes, más. Con eso me conformo.
La verdad no me quejo, esta ciudad es grandiosa y disfrutaré los días que me quedan en ella.

Ojalá que como Sam en Quantum Leap saltes a Buenos Aires nuevamente, recuerda que esta ciudad te llama, ojalá... Y ya no se le ocurra a mi bien apreciado jefazo lanzarme lejos de ahí. Chale.

Al Yorch con cariño.

Pero cerca

Libres como cuidadanos votantes (aunque los políticos nos maquillen la opinión) podemos acercanos sin tener la misma geografía. No importan las aduanas, no importa migración ni los pases reglamentarios. Pensar que estamos cerca de los motivos que nos mueven es bastante.
Pero que diera yo porque su color impregne mis días todos los días con su voz y su figura fuera de una imagen impresa.

Lejos

A alguien recordé...

Perdido

Alguien me contó que eso del ciberespacio era muy fácil. No lo creo, por más que quiero introducir ya sea una clave, "contratar" una cuenta o ponerme nicks para ser famoso sin que nadie me conozca resulta muy agotador y hasta embarazoso.
Uso poco el messenger porque olvido mis contraseñas (en plural porque continuamente las estoy renovando), por consecuencia pierdo las cuentas de correo y continuamente abro una tras otra...
Ahora que estoy tan lejos de los que regularmente saludaba sin tener que usar ladas extrañas, necesito estar más atento para no perder vigencia. Y que salga más barato.
Público: estoy bien, no he muerto, sólo que esto de la comunicación instantánea no es para los olvidadizos... como yo.

La ley del vicio

Sí es casualidad que mientras trato de mejorar mi calidad de vida, la ley a favor de los que entre otros vicios no está el tabaco, ponga a rabiar a uno que otro restaurantero y a los amantes del smog en rollito.
Si decidí desde hace unos meses bajar la dosis (4 al día), fue por las manchas raras en los dientes, la piel grisásea y los 34 que debo cuidar más que a los veintes.
Ni hablar, a buscar otro vicio, que este que se va dejará un hueco grande, muy grande. ¿Mujeres? (no hay tiempo) ¿Alcohol? (pierdo el sentido, me gusta estar alerta) ¿Trabajo? (él ya tiene su lugar especial)... Bueno, trataré que cada post me satisfaga como una gran bocanada.

El intento

Siempre hay alguien que nos mueve a intentarlo. No es difícil, sólo hay que colocar el cursor en los botones indicados y ya está! Tienes una identidad virtual que te puede hacer famoso!

Ah esa Púrpura... de cabello eterno, con ojos brillantes y manos que hablan, como fue antes.
No cabe duda que este 2008 es buen momento para reiniciar.